En el Aikido no se utiliza la palabra “enemigo”, se le dice oponente, compañero, o uke, que proviene del verbo japones «ukeru» (「受ける」 recibir), pues mientras se entrena, si la mente ve un contrincante en la persona que realiza el ataque, el sentido competitivo impedirá una respuesta respetuosa hacia él.
Nage (投げel que lanza), llamado en algunas escuelas tori (取りdefensor), o sea quien realiza la técnica, busca evitar que, por descuido, rabia o descontrol, se inflija más daño sin sentido al uke. Los practicantes deben ser conscientes de la responsabilidad que adquieren al aprender técnicas de origen marcial, muchas de ellas potencialmente letales para sus compañeros. La persona que entrena Aikido asume que desea cultivar sus capacidades para mejorar su calidad de vida, no para maltratar a quien se le ponga por delante.
Un aikidoka nunca menosprecia a su oponente, pues él/ella/ellos le da la oportunidad de desarrollar su propio crecimiento personal. Se podría decir que uke es como un espejo, el estado físico y psíquico en el que se deja al compañero al acabar la técnica indicará en que estado estaba el tori. Dependiendo del grado de control que se tenga en el cuerpo y sobre las acciones, dependerán los resultados.
Entre aikidokas experimentados siempre surge la duda si la filosofía del Aikido es la que crea las técnicas, o es al revés; las técnicas llevan a la filosofía. Las dos razones son ciertas: al principio, cuando se accede al Aikido ignorando su espíritu, las técnicas hacen comprender que hay formas más armoniosas de defenderse que simplemente golpeando con saña al agresor. Con el tiempo, sin embargo se descubre que la persona no necesita, ni desea realmente hacer daño a los demás para protegerse, así que es una opción personal comportarse de forma violenta.
Otro aspecto relevante en la práctica de este arte es el hecho de experimentar los dos papeles, atacante y defensor con el mismo ánimo, desde una perspectiva no solo de aprendizaje técnico, sino también como una experiencia que forma nuestro carácter. El papel de nage, no es más importante que el de uke, bien al contrario se cree que si no desarrollamos primero la actitud de un uke que ataca de manera sincera, sin dudar; no se podra llegar a ser unos buenos nage. Esto es así debido a la particular forma de las técnicas de Aikido, que buscan convencer antes que dominar, lo cual nos obliga a entender que le ocurre a uke cuando le realizamos una técnica.